La Paloma Mari Paz
POR EL DÍA DE LA PAZ.
ESTE CUENTO LO MODIFICO UN NIÑO DE 1º DE INFANTIL
Había
una laguna en la selva que servía de piscina en los momentos de calor.Gracias
a que la luna brillaba y daba su resplandor en las aguas tranquilas de la
laguna, esta historia se puede contar. Esa
noche, la temperatura era tan alta que no había quien durmiese. El mono
Tono, no pudiendo conciliar el sueño, quiso mojarse y refrescarse; bajó
del árbol y, cuando fue a la laguna, cuál fue su sorpresa cuando vio flotando
una tarta de nata. Empezó
a comerla y, cuando iba la por la mitad, pasó por ahí la elefanta Amaranta. Cuando
vió aquello, quiso que el mono compartiese con ella aunque entendió rápidamente que no
dabería comer mucha cantidad por el enorme peso
que tenía. Comió
con moderación y, de repente, aparareció el león Ramón. Cuando
vió semejante panorama, al mono y a la elefanta comiendo la tarta, dijo: -“¿Cómo
os puede gustar algo tan dulce? A mí, me empalaga. La
tarta de nata nunca me ha
gustado. Vosotros seguid que me voy a refrescar”. Mientras
se bañaba el león, asomó la cabeza por la superficie de la laguna, la hipopótama
Pótama. Tan sólo ver aquella escena de felicidad, pensó en no molestar al mono y
a la elefanta ya que estaban muy contentos disfrutando de la tarta. Volvió
a sumergir la cabeza y a disfrutar de su baño como si no hubiera visto
nada. Todo
siguió con normalidad hasta que apareció la querida paloma Mari Paz. Le
invitaron a tomar tarta que, gustosamente aceptó. Y ahí
estaba el mono Tono, la elefanta Amaranta junto con la paloma Mari Paz,
comiendo felizmente la
tarta de nata que encontraron
en medio de la laguna. Y ahí
estaba el león Ramón, la hipopótama Pótama y una urraca que
apareció a última hora, bañándose
contentos y refrescándose en
medio de tanto calor. Cada
uno con lo suyo, pero contentos de convivir con respeto
y fraternidad. A
partir de ese momento, todos pudieron
agradecer la vida
en la selva; llena de cariño, generosidad
y de ilusion.
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